Lo que hay de malo con el software de notación musical

Los ordenadores han logrado que la impresión de notación musical esté al alcance de las masas, pero han tendido a aportar una tipografía mediocre. Aperentemente, los programadores han estado haciendo un trabajo pobre en los programas de notación musical. Para ilustrar esto, le pedimos a un músico amateur que digitalizara una pieza de música en uno de las programas de notación ‘profesional’ más vendidos actualmente: Finale 2003. Se realizó con parámetros predeterminados. La música viene de la Sarabanda de la segunda Suite para Violonchelo de J.S. Bach.

(Finale es una marca registrada de MakeMusic! Inc.)

Este ejemplo sobrepasa por mucho, al anterior en cuanto a errores de formateo se refiere: hay errores serios en literalmente cada compás. Los errores vienen en todos tamaños: uno de los más notorios es el bemol en el compás 13, que es parcialmente cubierto por la nota que le precede. Aquí hay una ampliación de ese compás:

Los errores continúan hasta los más mínimos: abajo se muestra una ampliación de ese compás. Por supuesto, en una tipografía apropiada, la barra no debería salirse a la derecha de la plica, y los ribetes que aparecen, dan una muestra de la aptitud de los programadores de Coda Music Technology (o falta de) con respecto a la tecnología PostScript subyacente.

Ahora, uno podría refutar que Finale tiene una interfase gráfica, y le deja mover los elementos para corregir los errores, o usa plugins para hacerlo. En efecto esto es cierto: de hecho, la mayoría de los grabadores profesionales que usan Finale, típicamente invierten la mayor parte de su tiempo corrigiendo los errores que Finale hace rutinariamente. ¿Realmente desea gastar su tiempo en corregir errores? Para la línea excesivamente espaciada, esto es fácil de lograr, pero imagínese que tiene que corregir cada barra de cada nota que sobresale de la plica... ¿a mano?

Existe una razón menos obvia por la cuál corregir las cosas a mano es mala idea. Considere de nuevo el compás 13 que se muestra arriba. El bemol mal colocado es bastante obvio pero, ¿se dió cuenta de la barra de repetición? Sus líneas están espaciadas demasiado aparte. ¿Notó que el silencio de corchea está muy abajo? ¿Se percató de que la plica de la última corchea es demasiado larga?

A menos que sea un experto, los errores tipográficos le molestarán sin ser obvios. Muchos de ellos pasarán sin ser corregidos y permanecerán en la impresión final.

Este ejemplo podrá parecer forzado, pero de hecho no lo es. Los mayores productores de software de notación musical alegan que siguen los estándares de notación, pero hemos hemos visto que ni siquiera puedan seguir los lineamientos básicos correctamente; todos cometen errores de forma sistemática. Si desea evaluar la salida de su programa favorito, entonces compre una edición hecha a mano de un editor respetable, y trate de reproducir una página. Luego haga la comparación:

Siguiente: Cómo no diseñar software, o: modelando la notación musical.