Al parecer, Miguel era un excelente actor. Al parecer, Miguel era un excelente actor.
Si eso es lo que quieres se arregla con la persona. Una brisa fresca anulaba el filo del calor y te invitaba a disfrutar de un descanso sobre la arena del mar, debajo de alguna frondosa palmera.
Ricardo juraba que no era nada de eso.
Era una de esas formidable, maciza, alta y con postes.
Su credulidad, su ingenuidad al entrar y verlo. A lo mejor ni siquiera estuve enamorada del verdadero Miguel.
Sus conclusiones aseguraban que la muerte era decididamente un viaje para los moribundos.
No quiero pasar por eso otra vez. Eres demasiado visceral a veces.
Para tu cuerpo, por lo menos.
Me niego a seguir tu camino, Miguel.
No era necesario rezar por el alma de Miguel.
Tienes tiempo para eso creo.
Tengo tanto derecho como ella de tenerlo y ahora lo tengo. Ricardo juraba que no era nada de eso.
Era una de esas formidable, maciza, alta y con postes. No era necesario rezar por el alma de Miguel.
A lo mejor ni siquiera estuve enamorada del verdadero Miguel.
Siempre regresaba a manifestarse como si no pudiera permitir que ella dejase, ni por un segundo, de olvidar su sufrimiento. Al parecer, Miguel era un excelente actor. Puedes elegir, tienes opciones. Varios minutos pasan.
El libro, de verdad, es fascinante.
Desacertada y diferente. Varios minutos pasan. Puedes elegir, tienes opciones. Ni siquiera puedo sentirme culpable de su muerte, ni eso me pertenece.
Pero para ella era casi imposible interrumpirlo. Si, por fin algo pasaba. La muerte es definitivamente la despedida final.
Ni siquiera puedo sentirme culpable de su muerte, ni eso me pertenece.
Pero me gusta lo de ser fertilizante.
Ni siquiera puedo llorarlo y sufrirlo honestamente.
Pero me gusta lo de ser fertilizante.
Ella le preguntaba algo.
Varios minutos pasan. Es normal que recurra a toda una crianza de leyendas para encontrar mi inmortalidad.
La muerte es definitivamente la despedida final.